lunes, 28 de enero de 2013

Mali, ¿una nueva guerra colonial?



Originalmente publicado en El Clarín.



Este viernes 11 de enero de 2013, Francia inicio su intervención en Mali para luchar contra los terroristas que están actualmente ocupando el norte del país. Las autoridades francesas han presentado esta guerra como una guerra contra el terrorismo en ayuda al pueblo de Mali y han recibido el apoyo unánime del Consejo de Seguridad de la ONU. Una vez más nos vemos enfrenados a una supuesta “Guerra Humanitaria” pero no olvidemos que, como muy bien decía Henry Kissinger,  “las grandes potencias no tienen principios, solamente intereses”. Los grandes medias se han mantenido callado a la hora de explicar los intereses que llevan a Francia en un nuevo conflicto en África.

El primer elemento a tomar en cuenta es saber quiénes son esos grupos terroristas que están luchando en el norte de Mali. Después de la derrota de Kadafi en Libia, los tuaregs del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) volvieron fuertemente armados a Mali en enero de 2012 y vencieron al ejército de Mali declarando unilateralmente la región de Azawad como independiente, un objetivo buscado por algunos grupos tuaregs desde los ’90 basado en sus diferencias étnicas con los malíes. Pero rápidamente el MNLA vio sus intereses puestos en peligro por la aparición de tres grupos armados de perfil islámico. Primero el grupo fundamentalista islámico Ansar Dine, grupo malí formado por uno de los líderes del movimiento armado tuareg a principio de los ’90, Iyad Ag Ghaly.  Otro de esos grupos es el Movimiento por la Unicidad y la Yihad en África Occidental (MUJAO por sus siglas en francés). El último de esos grupos es Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) que proviene del Grupo Islámico Armado (GIA) de origen argelino. Uno de los hechos que la prensa no entrega al momento de hablar de esos grupos es que algunos fueron financiados, entrenados y armados por las fuerzas especiales qataríes durante el conflicto en Libia. Es decir que los grupos cercanos a Al Qaeda que fueron aliados de la OTAN en contra de Kadafi, y aliados hasta el día de hoy en Siria, son los enemigos de Occidente en Mali. Una vez mas ser “buenos” o “malos” terroristas depende de si luchan a favor o en contra de los intereses occidentales.

La población tuareg, de 1,5 millones de personas, es minoritaria en el norte de Mali, ya que solo hay 500 000 tuaregs frente a 6 millones de malíes, lo que podría dar cierta razón al discurso de Hollande en el cual dice querer defender la mayoría de los civiles malíes. Sin embargo es mucho más dudoso otro punto de ese discurso en el cual el presidente francés dice que Francia no está protegiendo ningún interés económico en el país africano.

Primero debemos recordar la relación de Francia con África, no solamente durante el colonialismo sino sobre todo en el periodo poscolonial donde Francia intervino unas sesenta veces para mantener sus intereses en el continente. Un caso ejemplificador de la posición “pro-democrática” de Francia fue el apoyo al gobierno hutu, con armamento, durante el genocidio de los tutsi en Ruanda. En el caso particular de Mali tenemos el precedente del apoyo de Francia a la dictadura de Moussa Traore que estuvo 13 años en el poder, hasta 1991, después de derrocar el presidente Modibo Keita, un presidente que no solamente buscaba crear una alianza panafricana sino que quería usar el dinero obtenido de las materias primas a favor del pueblo malí y que murió en la cárcel por tener tales deseos. Posición bastante extraña de los “amigos de Mali”. Además después del Golpe de Estado en Mali en marzo de 2012 liderado por Sanogo, 5 meses antes de las elecciones presidenciales en las cuales no iba a participar el Presidente de la época Amadou Toumani Touré, Occidente decidió realizar un embargo financiero y de armamento a Mali, lo que complico aun más la capacidad de lucha contra los grupos armados en el norte del país.

Pero es aun más importante ver cuales son los intereses económicos de Francia en Mali para entender cuales son los verdaderos objetivos que llevan al país galo a “ayudar” a los malíes. El primer dato a tomar en cuenta es las grandes producciones de oro del país, que lo sitúa como tercer productor de oro en África. Producción muy importante cuando vemos el rol central que está retomando el oro en la crisis económica actual, donde países como Alemania están empezando a repatriar sus reservas de oro. Pero sin duda es aun más importante el descubrimiento de depósitos de uranio en Mali. Con ambos datos empezamos a entender cuales son los intereses económicos que busca Francia y peor aún, sabemos cuales serán las condiciones de vida que esperan las poblaciones locales.

En el caso de la explotación de oro tenemos el caso de la empresa francesa Bouygues, a través de su filial en Mali SOMADEX, en la mina de Morila. En esa mina los trabajadores extraían el metal precioso con arsénico y cianuro, pero sin ninguna medida de protección. Los mineros no tenían ningún tipo de protección laboral lo que los transformaban prácticamente en esclavos, razón por la cual realizaron una huelga en 2006. Además los desechos contaminaban las napas freáticas de la región causando la muerte de numerosos habitantes.

En el caso de la explotación de uranio tenemos la empresa francés Areva, líder mundial de la producción de energía nuclear. Esa empresa ya ha extraído más de 100 000 toneladas de uranio en el Níger desde 1968 y ha sido una fuente de contaminación en el país. Tenemos el caso de la ciudad de Akokan en donde se encontraron niveles de radiación 500 veces superiores a la normal. También podemos considerar el hecho que el hospital de los trabajadores de Areva, extrañamente, nunca ha detectado casos de cáncer por razones laborales. Pero lo que demuestra con total claridad el “interés” de la empresa en participar al desarrollo de Níger fue su posición frente a un proyecto del Banco Mundial para luchar contra el hambre en ese país. El proyecto que buscaba desarrollar la irrigación para fortalecer la producción de arroz tenía un costo de 52 millones de dólares. El gobierno de Níger le pidió a Areva 10 millones de dólares para financiar el proyecto. La respuesta de la empresa fue que los problemas del Níger no eran los problemas de Areva. Cuando consideramos que el Níger es el país más pobre de África y el penúltimo país del mundo según el Índice de Desarrollo Humano, un país con una esperanza de vida de 49 años, pero que sin embargo es el tercer productor mundial de uranio entendemos cual es la posición de las empresas francesas en África. Una posición que nos hace dudar de que Francia sea “amiga de Mali”.

Todo hace pensar que Francia actúa en Mali bajo la lógica neocolonial buscando extraer a bajos precios, como siempre lo ha hecho, las materias primas del país. Ese interés podría verse beneficiado por la presencia de los grupos terroristas islámicos en la región, financiado en gran parte por Qatar un país aliado de Francia que tiene cada vez más influencia en el país galo como lo demuestra la compra de uno de los clubes de futbol más importante de ese país, el Paris Saint-Germain. Ya pudimos ver sus actos en Argelia con la toma de rehenes en una planta de British Petroleum, rival de la empresa francesa Total , pero es muy probable que esos grupos empiecen a actuar en otros países vecinos. El aumento de la inestabilidad en la región, y la intervención militar francesa, podría favorecer la empresa petrolera francesa Total que tiene una fuerte presencia en África y que ha llamado el Sahel, y sobre todo la cuenca de Taudeni situada entre el Mali, Argelia y Mauritania, el “nuevo Eldorado”.

La historia de colonialismo y neocolonialismo de Francia en África es larga y llena de sangre, de la cual la derecha pero también la izquierda han sido los artífices. Debemos recordar el caso ejemplificador del gobierno del socialista Vincent Auriol que condeno a más de un año de prisión, en una cárcel militar, al director de cine René Vautier, condecorado por su trabajo en la Résistance durante la Segunda Guerra Mundial cuando todavía era un adolecente, por la realización en 1950 del documental “Afrique 50”(prohibido en Francia durante más de 40 años) en el cual mostraba la explotación de los africanos en vez de mostrar las “bondades” del sistema educativo colonial.

El presidente Socialista Hollande parece seguir esa tradición francesa al enviar sus tropas al Mali a pesar de la oposición de algunos líderes malíes altermundialistas, como la feminista Aminata Traore que había anunciado hace varios meses la situación, o de presidentes como Dilma Rousseff o del egipicio Mohamed Musri y a pesar de saber que este conflicto es una consecuencia directa de la intervención de Sarkozy en Libia y de la financiación de los grupos terroristas islámicos por su aliado Qatar. Francia parece estar realizando una política militar que busca mantener y fortalecer sus posiciones en  África, sobre todo en los países francófonos, lo que se conoce también como Françafrique. Objetivo que apoya Estados Unidos al ver en esa política una posibilidad de alejar China, y sus empresas, del continente africano. África nuevamente ve como la sangre de sus habitantes es derramada por los intereses geopolíticos de las grandes potencias mundiales.

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