miércoles, 2 de mayo de 2012

Occupy Wall Street, Síntoma de un planeta en ebullición


El año 2011 fue un año marcado por conflictos sociales en todo el planeta. Todo empezó con la Primavera Árabe, cuando las poblaciones de Túnez y Egipto realizaron manifestaciones multitudinarias que lograron derrocar pacíficamente sus dictaduras. Ese solo fue el inicio de una ola de descontento a nivel mundial reivindicativa de mejoras en las condiciones de vida. Nació el movimiento 15-M de los “indignados” y las huelgas generales en Grecia por la crisis económica en los países PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España). Pero también aparecieron movimientos sociales en países supuestamente más estables, como el movimiento estudiantil en Chile (además de las marchas en contra de HidroAysén o las reivindicaciones de las minorías sexuales) o las manifestaciones en Israel que pedían un reajuste salarial acorde al aumento constante de los costos de la vida, lo que se tradujo en una marcha de 300 000 personas en Tel-Aviv. Sorpresivamente apareció en Estados Unidos el movimiento social “Occupy Wall Street” (Ocupa Wall Street), el más grande en Estados Unidos desde las marchas contra la guerra de Vietnam y a favor de los derechos civiles de los afroamericanos a finales de los ‘60. Para entender mejor el origen de ese movimiento, debemos remontar en el tiempo y ver algunos acontecimientos que lo antecedieron.

En Febrero del 2011, empezó una ola de manifestaciones en Wisconsin, logrando la marcha más numerosa en la historia de ese Estado con 185 000 personas, que rápidamente se extendió a otros Estados como Indiana, Ohio, Carolina del Sur o Texas. Estas manifestaciones sindicales protestaban por los recortes de los presupuestos estatales en puestos de trabajo, gastos en educación y atención médica además de reducir el derecho a la negociación colectiva de los empleados públicos. Era tal el nivel de descontento que incluso se sumaron las fuerzas policiales que también se veían afectados por estos cambios.

Estas protestas finalmente no lograron impedir los cambios y vieron como a lo largo de los meses aumentaba la crisis económica norteamericana, particularmente a partir del problema del aumento del límite legal de la deuda de Estados Unidos que estuvo a punto de llevar a la primera economía mundial a la quiebra. Este hecho llevo incluso a la agencia calificadora Standar & Poors ha degradar la deuda de Estados Unidos de AAA a AA+ por primera vez en la historia. Pero esa degradación tuvo consecuencias más políticas que económicas, la población vio como sus representantes y lideres eran incapaces de resolver una situación que podía poner en peligro la estabilidad del país, debido principalmente a la intransigencia del movimiento conservador republicano, el Tea Party.

La crisis norteamericana no se detuvo ahí y el 17 de Septiembre en Nueva York empezó el movimiento “Occupy Wall Street” que al igual que las manifestaciones en los países árabes o en España decidió tomarse pacíficamente los espacios públicos, en este caso el parque Zuccotti. Su lema habla por si solo, “We Are The 99%”(Somos el 99%), haciendo referencia a los estudios que indican que un 1% de la población esta concentrando el dinero del país mientras el resto de la población no ha podido mejorar sus ingresos a pesar de que los niveles de productividad y las ganancias de las empresas han ido aumentado constantemente, lo que resulta en términos concretos en que la capacidad de consumo ha ido disminuyendo. Por eso, el descontento se volcó hacia Wall Street, símbolo de esa economía que ha ido aumentando los niveles de desigualdad entre los ciudadanos en los últimos 35 años, permitiendo al 20% de las familias más ricas de Estados Unidos aumentar en un 57% sus ingresos mientras que el 20% mas pobre los aumento en un 0%. En Estados Unidos la cantidad de pobres ya ha superado los 49 millones de personas de los cuales 21 millones, un 6,7% de la población, ganan unos 117 000 pesos per capita al mes, la mitad del nivel de ingreso que define el nivel de pobreza en ese país.

Las autoridades no parecen hacerse cargo de esa realidad y siguen su política de austeridad y de recortes en los gastos públicos, inyectando dinero en la economía financiera pero prácticamente nada en la economía real. Muchos de los manifestantes critican que durante la crisis subprime del 2007-2008 tuvieron que pagar con su dinero el rescate de los bancos privados pero ahora no se ve ningún interés de devolverles la mano y pagar un salvataje para los hogares norteamericanos. Las personas observan como el sistema económico privatiza, individualiza, las ganancias mientras las pérdidas se vuelven públicas. A eso debemos sumar que, según un sondeo de Rasmussen Reports, un 46% piensa que la mayoría de los legisladores son corruptos, y en general todos los sondeos muestran una gran desconfianza y desilusión frente a los políticos.

Esa perdida de legitimidad, de confianza, en las autoridades no es un fenómeno particular de Estados Unidos sino que lo vemos repetido en el resto del mundo con, por ejemplo, el movimiento mundial 15-0 y sus 952 marchas en 52 países. Tal vez lo más importante es que estos movimientos se dan en el inicio de una crisis económica, en la Unión Europea y en Estados Unidos, que muchos expertos consideran que llevara a una recesión mundial y que ya comparan con la crisis de 1929, la Gran Depresión. Sin embargo existe un elemento que no existía en la primera mitad del siglo XX, Internet y los medios de comunicación instantáneos. Como nunca antes, los mercados están ligados internacionalmente a través de las Bolsas de Mercados pero también interconectados con la deslocalización de corporaciones internacionales, que traen como consecuencias el aumento del precio de los discos duros y de los computadores con las inundaciones en Tailandia por ejemplo.

Pareciera por lo tanto, a pesar de los defensores acérrimos del neoliberalismo, que el Capitalismo tiene que modificarse para responder a los problemas económicos, políticos y sociales de nuestra “Aldea Global”. Es bastante peculiar que las personas a cargo de la Economía crean que lo único importante es el equilibrio entre la Oferta y la Demanda, y que debemos dejar por lo tanto el Mercado libre para su autorregulación. Pero la Política es fundamental para el desarrollo de la Economía, ¿Podríamos entender la situación actual de Corea del Sur sin la decisión política de promover el desarrollo tecnológico en su país?

Keynes, economista que desarrollo el modelo económico que se utilizo a partir de la crisis de 1929 hasta los ’70 cuando fue remplazado por las teorías neoliberales de  Friedman, pensaba que la economía esta subordinada a la política y la política a la ética. La Economía es un medio, una técnica, que permite el desarrollo y no puede ser visto como un fin en sí. Los pensamientos de Keynes tomaron fuerza en la época porque permitían la defensa del sistema capitalista frente a la amenaza creciente del comunismo. Los objetivos fundamentales de Keynes eran crear un mundo sin cesantía, por eso promovía las políticas de pleno empleo. Consideraba que si todos trabajan con un salario que le permite consumir entonces esa alta Demanda necesitara una alta Oferta mientras que tener un alto nivel de Oferta no asegura que la gente sea capaz de consumir. Sus teorías buscaban crear un mundo sin grandes desigualdades entre clases y naciones, por lo que se necesitaba una gestión racional de la economía por el Estado. Este modelo es conocido como el Estado Bienestar, modelo aplicado en parte de Europa y en Japon, donde el Estado tiene un control importante de la Economía, que se ha ido debilitando en los países europeos principalmente a causa de la perdida de control de las políticas de los Bancos Centrales que tienen tal vez la función más importantes de la Economía de un país, producir Dinero.

La sensación que emana de esta crisis mundial es que la respuesta debe ser mundial. Con la aparición de Internet, todas las crisis se han vuelto mundiales en un planeta donde el espacio y el tiempo han sido reducidos a su minima expresión en una realidad virtual donde todo es aquí y ahora. Las instituciones políticas y económicas están siendo cuestionadas por una masa de personas que va en aumento, comunicándose con los otros movimientos sociales alrededor del mundo y formando un frente común de demandas. Estamos frente a una situación en la que las elites políticas han demostrando su incapacidad de canalizar las demandas ciudadanas, su rol principal, dejando de representar sus electores para representar los grupos que han financiado sus campañas. En ese sentido es esclarecedor que en Estados Unidos el 94% de los legisladores electos gastaron más dinero en su campaña que su rival. Estos movimientos sociales seguirán intensificándose durante el 2012 cuando la crisis económica empeore, llevándonos seguramente a una recesión, con la consecuencia obvia de que el nivel de cesantía y descontento seguirán aumentando.

Las elites se ven desconcertadas sin saber como reaccionar o incluso dudando de la necesidad de reaccionar frente a esta situación creyendo, como Fukuyama, que la Historia estaba llegando a su fin después de la caída de la Unión soviética. Con la desaparición de la amenaza comunista pensaron que ya no corrían riesgo los sistemas políticos actuales que son más una plutocracia (el poder es ostentado por quienes poseen las fuentes de riqueza) o una oligarquía (el poder es ostentado por una minoría) que una democracia, definida por Abraham Lincoln como "el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo".

Vivimos en una época que gira alrededor del concepto de Velocidad y es difícil saber que pueda ocurrir durante los próximos meses pero estos nuevos fenómenos, potenciados por la capacidad de comunicar y actuar a distancia gracias a Internet, pueden hacernos presagiar cambios importantes en nuestra sociedad global, sobre todo considerando una particularidad muy especial de estas manifestaciones, no están siguiendo un líder carismático.

No hay comentarios:

Publicar un comentario