Publicado originalmente en El Clarín
La crisis
española sigue empeorando, económica y socialmente. El gobierno parece
haber cerrado las puertas a la Democracia, a diferencia de Islandia el único
país europeo que hasta ahora ha resuelto la crisis financiera a través de un
referendo y una Asamblea Constituyente, siendo también el único país que está
saliendo de la crisis. Mariano Rajoy es testigo, a menos de un año de haber
asumido la presidencia, de movimientos masivos como “Rodea el Congreso”, este
25, 26 y 29 de septiembre, en los cuales se exigió la renuncia de su Gobierno.
El descontento es cada vez más generalizando entre los ciudadanos. Pero lo más
preocupante es que ese descontento también ha sido expresado por los militares,
abriendo la posibilidad a un Golpe de Estado, una Guerra Civil o una
Revolución.
La situación
económica en España es catastrófica y todavía no se percibe ninguna luz al
final del túnel, más bien parece que el futuro solo será más oscuro. La tasa de
desempleo ha llegado a un dramático 25% y los últimos datos entregados por
Cáritas, una organización de la Iglesia católica que ayuda a los más
desfavorecidos, nos muestran una España cerca del colapso. En 2007 la
organización ayudaba a 370 mil personas pero en el 2011 llego a atender el
triple, más de 1 millón de personas. Eso significo que tuvieron que aumentar la
ayuda de 13,9 millones a 32,7 millones de euros, con el 39% de esa suma
destinado a la alimentación, demostrando que muchos españoles no pueden
satisfacer esa necesidad básica.
Los españoles
no solo están cada día en peores condiciones debido a la cesantía, a la
inflación y al aumento de impuestos sino que su Congreso se ríe en sus caras y
vota en contra de 3 proyectos de leyes que hacían eco a las demandas ciudadanas
el día de la marcha “Rodea el Congreso”. El Congreso voto en contra de una ley
para aprovechar los productos desechados por los supermercados (productos
comestibles pero con pronta fecha de vencimiento), una ley para luchar contra
la evasión fiscal y sobre todo una ley para limitar los sueldos de los
políticos, que solo logro juntar 6 votos a favor. El mensaje fue claro,
mientras el pueblo manifestaba en contra de la austeridad, los políticos
demostraron que no están dispuestos a “apretarse el cinturón” como si lo han sabido
exigir al resto del país.
La posición del
gobierno frente al sufrimiento de su pueblo solo ha logrado aumentar el
descontento lo que se ha traducido, según una encuesta del diario “El País”, en
que un 91% de los españoles consideran que las manifestaciones masivas serán
cada vez más frecuentes. Pero lo que más llama la atención es el 80% que cree
que esas manifestaciones serán violentas. La incapacidad de la clase política,
particularmente el PP y el PSOE, en canalizar y responder a las demandas de los
españoles hace que la violencia aparezca cada vez de manera más legitima, al
ver que las manifestaciones pacificas no están teniendo ningún efecto.
Recordemos además que España en un país con una larga historia de violencia,
entre las cuales podríamos nombrar la huelga general revolucionaria de 1934, la
Guerra Civil Española, la ETA o el intento de Golpe de Estado el 23 de febrero
de 1981.
Los militares
también están viviendo en carne propia la austeridad y los recortes. Por
ejemplo, desde el 1 de julio de 2012 los militares del Ejército de Tierra deben
pagar la mitad de sus comidas, lo que es una baja salarial indirecta. Poco a
poco diferentes organizaciones, o militares de forma anónima, han publicado
críticas a las políticas del gobierno español. El 14 de julio la asociación más
representativa de los militares españoles, el AUME (Asociación Unificada de
Militares Españoles), se quejaba de los recortes salariales en las Fuerzas
Armadas por parte de “una clase política que día tras día nos ilumina con bajezas,
desaires y falta de ideas para afrontar esta situación” agregando que “no nos
merece gran respeto salvo el obligado por nuestra función". En el diario
de ultra derecha española, Alerta digital, también se publicaron cartas que
reafirman ese descontento. Por ejemplo un coronel legionario, en una carta al
Ministro de Defensa, dijo que “La lealtad a España es más importante que ser
lacayo de un partido que la está destrozando” o un oficial de la Armada que
termina su carta dirigida a los políticos con un claro “Dejad de reiros de
nosotros, cabrones”.
Para empeorar
aun más la situación, este 11 de septiembre se realizo en Barcelona una
manifestación para una Cataluña Independiente. El conflicto entre Cataluña y
Madrid es histórico y puede ser observado en muchos aspectos. Incluso en los
partidos que enfrentan el Real Madrid y el Barcelona, por ejemplo cuando el
central del Barcelona Gerard Pique dijo a sus rivales antes de una final“¡Os
vamos a ganar la Copa de vuestro Rey!”. Los políticos y grupos independistas
catalanes han aprovechado la crisis económica y social española para redirigir
el malestar ciudadano hacia el gobierno central español, apoyándose en demandas
históricas de un grupo que hasta ahora era minoritario. La posibilidad de una
independencia de Cataluña ha sido fuertemente criticado por parte de algunos
militares, asegurando que tendrían que tomar medidas drásticas pues la
Constitución los obliga a defender la “integridad del territorio” y la
“indisoluble unidad de la Nación española”. Sobre estos mismos hechos el
Colectivo Alborán, compuestos por altos mandos militares del Ejército y la
Armada, hablo de la muerte de “la España Constitucional” llamando a una
“apertura de un nuevo proceso constituyente y que los políticos paguen por “sus
tropelías y traiciones””.
Extrañamente el
inconsciente colectivo asocia a Europa con la Democracia olvidando que el
pasado de Golpes de Estado y dictaduras es mucho más fresco de lo que creemos.
En Portugal la democracia llego con un Golpe de Estado en 1974, la Revolución
de los Claveles, liderado por los militares del Grupo de los Nueve que pusieron
fin a una dictadura que había empezado en 1926. En Grecia la Dictadura de los
Coroneles duro de 1967 a 1974. En España, Franco fue jefe de Gobierno hasta 1973
y hubo un intento de Golpe de Estado en 1981. Al parecer esa tendencia podría
reaparecer ya que según se filtro en la prensa europea, Grecia estuvo al borde
de un Golpe de Estado en 2011, el cual no se realizo por la renuncia del
primer ministro Papandreu.
Esta situación
se asemeja mucho a los años previos a la Segunda Guerra Mundial, de la cual la
Guerra Civil de España fue justamente la antesala, con una Europa golpeada por
la recesión. Además ya no parece haber grandes diferencias, o diferencia alguna,
entre izquierda y derecha, al proponer ambos la austeridad como única salida.
El posicionarse en la vereda de la oposición con una solución diferente
solo ha sido utilizado para ganar las elecciones pues una vez en el Poder los
elegidos hacen lo contrario de lo que habían prometido en sus campañas, como
vemos en Francia con el socialista Hollande y en España con el presidente de
derecha Rajoy. Lo único que esto parece promover es el aumento de apoyo a los
movimientos extremistas, como el partido nazi en Grecia, y la legitimación de
la violencia. Lamentablemente, como bien dijo el diputado del parlamento
europeo Nigel Farage, “Si piensan que la crisis de la zona euro se ha vuelto
violenta, no han visto nada todavía”.
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