Los
conflictos se han endurecidos en Siria. Después de las victorias de
Assad en Homs y Damasco, estamos viendo como Aleppo, segunda ciudad más
importante de Siria y Patrimonio de la Humanidad, se ha transformado en
el nuevo lugar de batalla de esta guerra que parece no tener fin.
Mucho
se ha hablado sobre el gobierno de Bashar Al-Assad, que es dictatorial,
anti-democrático y represivo hacia la oposición, comportamiento típico
de todos los gobiernos en Oriente Medio. Pero poco se ha hablado del
grupo que apoya Occidente, el Ejército Sirio Libre (ESL).
El
primer punto que debería llamar la atención a los occidentales es que
el ESL considera como enemigos a todos los cristianos que viven en
Siria. Esta información no proviene de un medio ligado a la izquierda o a
Rusia sino al diario italiano Vatican Insider que informa sobre el
éxodo forzado de cristianos, y el temor de una matanza religiosa en
contra de los que decidan quedarse, después de que el jefe del ESL Abdel
Salam Harba haya dado un ultimátum para la salida de todos los
cristianos de la ciudad de Qusayr.
¿Pero
sí los rebeldes buscan la Democracia por qué deberían sentir miedo los
cristianos cuando deberían estar esperando impacientemente la caída de
Assad?
Fundamentalmente
porque gran parte de los miembros del ESL son yihadistas salafistas, la
misma tendencia que el famoso grupo terrorista Al Qaeda. Los salafistas
son fundamentalistas religiosos que quieren imponer la ley coránica, la
Sharia. Lo que buscan es transformar Siria en un país a la imagen de
Arabia Saudita donde una mujer violada es considerada culpable y no su
violador, donde los acusados de brujería son decapitados o donde la
única religión que puede ser practicada es el Islam.
Es
por eso que los cristianos se han mantenido fieles a Assad, heredero de
la tolerancia religiosa que siempre ha caracterizado Siria. Damasco es
una ciudad con gran significado religioso ya que allí estaría la cabeza
de San Juan Bautista. Eso hizo que durante mucho tiempo musulmanes y
cristianos rezaran juntos en la basílica de San Juan Bautista. Pero
frente al aumento demográfico islámico, la iglesia fue comprada por el
Califa para construir ahí la Mezquita de los Omeyas. Para compensar la
expropiación, el Califa regalo a la comunidad cristiana varios templos
para que ellos pudieran realizar sus ceremonias. Ese es el espíritu que
siempre ha caracterizado a Siria, una región que permite la convivencia
de las diferentes minorías religiosas y étnicas como los alauitas
(minoría religiosa chiita a la cual pertenece Assad), los católicos
melquitas, los ortodoxos o los kurdos entre otros.
Pero
las tropas “pro-democracia” del ESL consideran esas minorías como
“infieles”, lo que significa que serán perseguidas y exterminadas si los
rebeldes sunnitas llegan al poder. Recordemos que los cristianos
representan aproximadamente un 10% y los alauitas un 15% de la población
siria, un país de 20 millones de habitantes. La llegada al poder de los
salafistas significaría un genocidio que afectaría por lo menos unas 5
millones de personas, considerando solamente estas dos minorías
religiosas.
Si
realmente el interés de Occidente en intervenir en Siria es por razones
humanitaras y ayudar la transición democrática entonces hay que
reconsiderar las ayudas logísticas, estratégicas y financieras al
Ejército Sirio Libre. Muchas de las masacres que rápidamente los media
han atribuidos al gobierno sirio fueron realizados por el ESL aunque
lentamente algunos medios europeos están criticando a los rebeldes. Por
ejemplo el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung, uno de los
3 diarios más importantes de Alemania, ha atribuido la matanza de Hula a
los rebeldes. Si este diario hubiera sido de izquierda uno podría dudar
de sus objetivos pero estamos hablando de un diario que tiene una línea
editorial similar a la del New York Times. Uno de los diarios más
importante de Europa, el tabloide conservador alemán Bild, leído por
aproximadamente 5 millones de personas, considera que el ESL está
matando gente de manera indiscriminada inculpando a Assad para provocar
la intervención de la OTAN. Cuando 2 de los diarios conservadores más
grandes de Alemania o un diario ligado al Vaticano empiezan a publicar
versiones opuestas a las versiones oficiales, empiezan a surgir dudas
sobre quiénes son y qué quieren realmente el Ejército Sirio Libre.
La
pregunta que deberíamos hacernos es ¿Por qué importan tanto la muerte
de los sirios? Recordemos que los 40 000 muertos en 5 meses en el 2009
en Sri Lanka no causaron ningún impacto. Tampoco nos preocupamos mucho
por los más de 2 millones de muertos entre 1998 y 2003 en la República
Democrática del Congo. En los medios de comunicación no se habla de las
masacres de musulmanes en manos de budistas en Myanmar. Los media no han
tenido la misma firmeza en condenar el envío de tropas de Arabia
Saudita a Bahréin para reprimir y matar los miles de manifestantes que
llevan más de un año en las calles exigiendo el fin de la monarquía.
Frente
a todo eso, la percepción de la Guerra en Siria empieza a transformarse
de una Guerra Civil entre una dictadura y una mayoría civil que desea
implantar una Democracia en una Guerra política y religiosa entre
sunnitas y chiitas. Guerra apoyada por diferentes razones desde el
extranjero por países como Arabia Saudita, Qatar, Turquía, Estados
Unidos e Israel y por movimientos yihadistas salafistas de todas partes
del mundo.
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