originalmente publicado en El Post: http://elpost.cl/content/paul-virilio-y-el-cuarto-frente
Ya en los años ochenta, el almirante Gorkhov anunciaba: « El vencedor
de la próxima guerra será aquel que haya sabido explotar de mejor manera
el espectro electromagnético » . Durante el año 2011 se han hecho
oficiales la creación de tropas dedicadas al enfrentamiento cibernético:
“el ejercito azul” de China, el “Cyber Red Team” de la OTAN y sus
émulos en Estados Unidos e Israel. Un dato clave ha sido por parte del
Departamento de Defensa de Estados Unidos (DoD) considerar todo ataque
cibernético como casus belli. Siguiendo esa nueva lógica, el DoD
declaro este 14 de julio la primera Estrategia para Operar en el
Ciberespacio, que consiste en abordar el ciberespacio no solo como un
espacio virtual, sino como espacio real. Por lo tanto, se debe
responder a los ataques cibernéticos asimilándoles físicamente a
ataques de misiles.
Para entender mejor este cambio en el
enfoque militar debemos entender como lo señala Paul Virilio en su
obra “L’écran du désert”, después de la tierra, el mar y el aire, se ha
agregado un Cuarto Frente de guerra: la información. Los satélites,
los radares, la televisión, la radio e Internet funcionan a través de
las ondas electromagnéticas, por lo que debemos entender este Cuarto
Frente como el de las telecomunicaciones, de la información y, por
consiguiente, el de la desinformación. Este nuevo frente ha aparecido
de manera discreta, menos perceptible. Sí antes podíamos observar
directamente los primeros tres frentes de guerra, ahora solo podemos
conocer el cuarto a través de la televisión, del radar.
Un
ejemplo claro de este cambio en el armamento es el vuelco que han
tenido las tecnologías furtivas, STEALTH , en las guerras
convencionales, en el conflicto físico. Antaño, el camuflaje tendía a
escapar la mirada humana. Hoy día, se interesa más en el rastro radar
que en la aerodinámica o los colores de un avión. Bajo esa lógica ya nos
encontramos en la quinta generación de estos aviones de caza furtivos,
invisibles en el radar, tales como el F-22 Raptor norteamericano, el
PAK-FA T-50 ruso y el Chengdu J-20 chino. El programa computacional
militar estadounidense SUTER , que puede ser usado por el caza F-16 CJ o
el avión Hercules EC-130, permite tomar el control del sistema radar
enemigo para así crear señales falsas en los radares, desviando la
atención y el ataque enemigo a blancos inexistentes. Esto es otro
ejemplo de que las ondas electromagnéticas son fundamentales en los
operativos de información y de desinformación, que al mismo tiempo se
han vuelto elementos cada día más claves en el desarrollo de la guerra.
El desarrollo del electromagnetismo ha permitido algo hasta antes
impensable, comunicarse de un lado a otro del planeta en vivo. Desde la
creación del tren, el hombre ha ido reduciendo las distancias al
reducir los tiempos de viaje. Paralelo al desarrollo del tren, apareció
otra invención que permitía comunicarse a través de un cable dos
puntos distantes, el telégrafo. Hoy, el tren y el telégrafo fueron
remplazados por el avión y el teléfono celular. Estas y tantas otras
invenciones han sido pasos hacia la abolición de las distancias
geográficas. Ya no necesitamos de la presencia real, de nuestro cuerpo,
para ser partícipes de eventos, podemos a través de la pantalla ser un
espectador más viendo la caída en vivo de las Torres Gemelas, como si
todos fuéramos habitantes de New York. El live de las
telecomunicaciones, encontrando en Internet su máxima expresión, ha
agregado a la desaparición del espacio la del tiempo, con la creación
de una “sincronía” en el mundo globalizado. ¡Todo es aquí y ahora! El
hombre ha adquirido capacidades que hasta ahora eran de carácter
divino, la ubicuidad (estar en todos lados) y la instantaneidad. El
desarrollo de las telecomunicaciones es el desarrollo de la
tele-realidad (realidad a distancia) y de la tele-acción (acción a
distancia). Más que al fin de la Historia que pensaba Fukuyama, estamos
llegando o hemos llegado al fin de la geografía .
Esto último
se puede observar por ejemplo, en el mundo de la industria
alimenticia, con el manejo de los niveles y ritmos de producción de cada
fabrica desde una sede central que las vigila en vivo o, en el mundo
militar, con el manejo de drones (aviones no tripulados), en misiones,
con pilotos frente a una pantalla a miles de kilómetros de distancia.
“El medio es el mensaje” , decía McLuhan, esta realidad mediatizada a
través de pantallas es una nueva manera de relacionarlos al mundo, de
percibirlo. Como dice CNN: “Está pasando, lo estás viendo”. La
TELEREALIDAD ha remplazado nuestros órganos por sensores, cámara,
micrófono o radar, en los cuales, al igual que en nuestros ojos o
nuestros oídos, tenemos fe ciega. Con esta nueva realidad, “frente a
nuestros ojos”, las señales falsas que aparecen en la pantalla, la
desinformación, ya sea del radar, de la televisión, del computador o del
teléfono, es información real.
La inteligencia militar
siente, más que nunca, la necesidad de desarrollar su capacidad de
crear información falsa y de discriminar entre información real y
falsa. “Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño”, decía Sun Tzu.
En esta guerra de la desinformación, las astucias, las estratagemas,
apuntan a las pantallas del radar, del computador o del televisor. Como
lo dijo este 14 de julio William J. Lynn III, subsecretario de Defensa
de Estados Unidos, "En el siglo XXI, los bits y bytes pueden ser tan
peligrosos como las balas y las bombas". El ejemplo más claro ha sido
el ataque del virus Stuxnet lanzado contra las plantas nucleares de
Irán que, según el New York Times , podría tratarse de una operación
conjunta de Estados Unidos e Israel. Las nuevas armas del Cuarto Frente
son comunicacionales, armas de destrucción masiva adecuadas a este
nuevo frente.
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