miércoles, 2 de mayo de 2012

Paul Virilio y El Cuarto Frente




Ya en los años  ochenta, el almirante Gorkhov anunciaba: « El vencedor de la próxima guerra será aquel que haya sabido explotar de mejor manera el espectro electromagnético » . Durante el año 2011 se han hecho oficiales la creación de tropas dedicadas al enfrentamiento cibernético: “el ejercito azul” de China, el “Cyber Red Team” de la OTAN y sus émulos en Estados Unidos e Israel. Un dato clave ha sido  por parte del Departamento de Defensa de Estados Unidos (DoD) considerar todo ataque cibernético como casus belli. Siguiendo esa nueva lógica, el DoD declaro este 14 de julio la primera Estrategia para Operar en el Ciberespacio, que consiste en abordar el ciberespacio no solo como un espacio virtual, sino como espacio real. Por lo tanto, se debe responder a los ataques cibernéticos asimilándoles físicamente a ataques de misiles.

Para entender mejor este cambio en el enfoque militar debemos entender como lo señala Paul Virilio en  su obra “L’écran du désert”, después de la tierra, el mar y el aire, se ha agregado un Cuarto Frente de guerra: la información. Los satélites, los radares, la televisión, la radio e Internet funcionan a través de las ondas electromagnéticas, por lo que debemos entender este Cuarto Frente como el de las telecomunicaciones, de la información y, por consiguiente, el de la desinformación. Este nuevo frente ha aparecido de manera discreta, menos perceptible. Sí antes podíamos observar directamente los primeros tres frentes de guerra, ahora solo podemos conocer el cuarto a través de la televisión, del radar.

Un ejemplo claro de este cambio en el armamento es el vuelco que han tenido las tecnologías furtivas, STEALTH , en las guerras convencionales, en el conflicto físico. Antaño, el camuflaje tendía a escapar la mirada humana. Hoy día, se interesa más en el rastro radar que en la aerodinámica o los colores de un avión. Bajo esa lógica ya nos encontramos en la quinta generación de estos aviones de caza furtivos, invisibles en el radar, tales como el F-22 Raptor norteamericano, el PAK-FA T-50 ruso y el Chengdu J-20 chino. El programa computacional militar estadounidense SUTER , que puede ser usado por el caza F-16 CJ o el avión Hercules EC-130, permite tomar el control del sistema radar enemigo  para así crear señales falsas en los radares, desviando la atención y el ataque enemigo a blancos inexistentes. Esto es otro ejemplo de que las ondas electromagnéticas son fundamentales en los operativos de información y de desinformación, que al mismo tiempo se han vuelto elementos cada día más claves en el desarrollo de la guerra.

El desarrollo del electromagnetismo ha permitido algo hasta antes impensable, comunicarse de un lado a otro del planeta en vivo. Desde la creación del tren, el hombre ha ido reduciendo las distancias al reducir los tiempos de viaje. Paralelo al desarrollo del tren, apareció otra invención que permitía comunicarse a través de un cable dos puntos distantes, el telégrafo. Hoy, el tren y el telégrafo fueron remplazados por el avión y el teléfono celular. Estas y tantas otras invenciones han sido pasos hacia la abolición de las distancias geográficas. Ya no necesitamos de la presencia real, de nuestro cuerpo, para ser partícipes de eventos, podemos a través de la pantalla ser un espectador más viendo la caída en vivo de las Torres Gemelas, como si todos fuéramos habitantes de New York. El live de las telecomunicaciones, encontrando en Internet su máxima expresión, ha agregado a la desaparición del espacio la del tiempo, con la creación de una “sincronía” en el mundo globalizado. ¡Todo es aquí y ahora! El hombre ha adquirido capacidades que hasta ahora eran de carácter divino, la ubicuidad (estar en todos lados) y la instantaneidad. El desarrollo de las telecomunicaciones es el desarrollo de la tele-realidad (realidad a distancia) y de la tele-acción (acción a distancia). Más que al fin de la Historia que pensaba Fukuyama, estamos llegando o hemos llegado al fin de la geografía .

Esto último se puede observar por ejemplo, en el mundo de la industria alimenticia, con el manejo de los niveles y ritmos de producción de cada fabrica desde una sede central que las vigila en vivo o, en el mundo militar, con el manejo de drones (aviones no tripulados), en misiones, con pilotos frente a una pantalla a miles de kilómetros de distancia.

“El medio es el mensaje” , decía McLuhan, esta realidad mediatizada a través de pantallas es una nueva manera de relacionarlos al mundo, de percibirlo. Como dice CNN: “Está pasando, lo estás viendo”. La TELEREALIDAD ha remplazado nuestros órganos por sensores, cámara, micrófono o radar, en los cuales, al igual que en nuestros ojos o nuestros oídos, tenemos fe ciega. Con esta nueva realidad, “frente a nuestros ojos”, las señales falsas que aparecen en la pantalla, la desinformación, ya sea del radar, de la televisión, del computador o del teléfono, es información real.

La inteligencia militar siente, más que nunca, la necesidad de desarrollar su capacidad de crear información falsa y de discriminar entre información real y falsa. “Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño”, decía Sun Tzu. En esta guerra de la desinformación, las astucias, las estratagemas, apuntan a las pantallas del radar, del computador o del televisor. Como lo dijo este 14 de julio William J. Lynn III, subsecretario de Defensa de Estados Unidos, "En el siglo XXI, los bits y bytes pueden ser tan peligrosos como las balas y las bombas". El ejemplo más claro ha sido el ataque del virus Stuxnet lanzado contra las plantas nucleares de Irán que, según el New York Times , podría tratarse de una operación conjunta de Estados Unidos e Israel. Las nuevas armas del Cuarto Frente son comunicacionales, armas de destrucción masiva adecuadas a este nuevo frente.

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